miércoles, 13 de mayo de 2009

Memorias de una esperanza

Entró en su habitación y miró alrededor
Guardó las zapatillas,
se miró al espejo.
Sonrió
Cambió las sábanas, perfumó su almohada
Miró nuevamente alrededor.
Buscaba algo sin saber por qué.
La añoranza, entró por la ventana,
Y se sentó a su lado.
Desde los confines de la entrada
se anunciaba una angustia solitaria,
que se petrificaba en su desierto.
Levantó sus brazos al cielo, haciendo ondas anhelantes
preparó una taza de té,
se bebió la noche con afán,
repasó todo su cuerpo
Con su blanco deseo cuidadosamente disciplinado, se acostó,
espero y se eternizó.

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